"Sólo quienes han vivido en un profundo infierno pueden cantar con voces dulces".



Dime: ¿Soy un héroe o no?

A partir de un arresto a un joven mexicano dos policías de Los Ángeles descubren, por accidente, una red de trata de blancas y drogas que tiene el Cártel de Sinaloa en esa ciudad. Después de esto, su guardia nunca volverá a ser igual... 

Esta debió ser la sinopsis de End of watch, si la intención de David Ayer habría sido contarnos una -¿violenta?- historia de atípicos policías que se enfrentan a un sanguinario grupo criminal. Pero esto no va por ahí. 

Lo que Ayer hizo fue montar un tercer pasajero en el carro policial: el espectador.  End of watch es policías de Rescue 911, que hablan y actúan como los Bad Boys de Michael Bay y son retratados con la "cinematografía" de Grand Theft AutoEso sí, con interpretaciones convincentes y un humor negro que, por ratos, nos hacen olvidar la sospecha de que un adolescente tenga el "control" de estos dos personajes (Jake Gyllenhaal -Michael Peña). 

Si una de tus fantasías es vivir la "adrenalina" de perder la vida en cualquier momento, no pierdas tiempo, End of watch es tu película, o tal vez deba decir, tu juego. 

Podemos mentir y cerrar las puertas
Ver la tormenta desde la ventana
Como si no nos tocara
Como si las gotas de tempestad
Solo acarician el techo en una melodía natural

Pero ¿Qué pasará si el espejo descubre nuestro miedo?
Sin permiso lo desnude y nos pida cuentas
¿Qué pasará cuando el futuro nos pregunte por las horas perdidas?
¿Cuando nos levantemos y por primera vez sea hoy?

Tenemos miedo de vivir
Detenemos la vida para vivir otra vida
¿Qué es la esperanza sino otra masturbación?
El mañana siempre es una promesa rota

Hay que detenerse y mirar el mar
Hay que llorar y querer morir
Hay que doblar las rodillas, a veces
O golpear la pared a ver si algo nos duele

Somos un manojo de sueños que se escapan con los días
No sabemos nada de vivir
Aprendimos a correr buscando otros días
Aprendimos a llorar en una soledad compartida

Rogamos que, por primera vez en mucho tiempo, sea hoy 
Pero siempre es ayer.


Todos alguna vez hemos amado a "Laura"

Laura es una de esas películas que jamás se olvidan. Después de verla esta palabra ya no es un nombre, sino un símbolo del poder de las pasiones y obsesiones humanas. 

El deseo es perdición. El demonio del amor vence la razón, golpea la sensatez y el juicio de los más sabios, reduciéndolos a un manojo de celos y odios. 

Es una magnifica casualidad que en un mismo año se realizaran dos piezas que retratan magníficamente el lado más oscuro de los sentimientos del hombre: Double Indemnity está emparentada con Laura en que son una grafía del deseo y la influencia de este en nuestras vidas. 

Somos esclavos de lo que deseamos y en muchos casos sólo se vive -para morir- por eso.

En las relaciones humanas los roles víctimas y victimarios cambian de sujeto en una misma pareja. De ahí que la complejidad de eso que llamamos amor este divorciada de la dicotomía del bueno y malo, siendo mas bien una dictadura del deseo, el cual siempre debe ser satisfecho y está en constante lucha con nuestro carácter. 

Laura es un caudal de deseo que desemboca en tragedia. Una tragedia que nos toca porque, de alguna forma, todos hemos amado una "Laura" en nuestras vidas. Si usted no lo ha hecho le recomiendo que corra a tomarse el pulso, puede que se lleve tremenda sorpresa.

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Queda el vacio
El lado más seco del polvo 
La cúpula de silencios y la moral herida
Porque después del abandono todo es lento
y cada cicatriz, ruinas y grietas, olivos y cartas
caricias y espinas, golpes de espalda,
es un recordatorio de que estas
solo.

Solo
como la quimera de la mar dulce
solo
en los ojos de plata de las viudas
solo
como manos de leprosos
solo
eco de llanto náufrago en el hades

La soledad es la costumbre
de los ángeles sin cielo. 


En este mundo traidor, no hay verdad ni mentira: todo es según el cristal con que se mira.
Ramón De Campoamor

Esta frase de Campoamor es la justificación de muchos argumentos. Sus defensores aseguran que la verdad no existe, pues es una construcción completamente subjetiva y por lo tanto cada quien tiene un -su- trozo de ella.  

Es cierto: hay problemas, circunstancias, en donde la subjetividad impera, pero aún en las disciplinas más susceptibles a esto (el arte, por ejemplo) siempre existe un referente, un paradigma, un contexto que nos permite aproximarnos y apreciar con mayor acierto el sujeto en cuestión.   

Esto no le gusta a mucha gente. Pensar en que todo es "según se mire" nos permite opinar con mayor desenfado sobre cosas totalmente ajenas a nuestra formación y experiencia.

Fraccionar la verdad como la suma de perspectivas es la mejor excusa para que las tesis más disparatadas sean valoradas de la misma forma que aquellas que son verificables, pues ambas son catalogadas como verdades personales.

¿Lo hechos son construcciones democráticas?

Si abordamos los hechos desde esta “teoría de los cristales” sería imposible determinar cuándo una opinión pasa a ser información y por lo tanto se renuncia a la posibilidad de crear conocimiento y soluciones mediante el debate. 
  
Por esto defiendo el hecho de que la verdad es una posibilidad.

Así pienso desde el cristal por el que miro. 

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Este blog aspira ser una línea de tiempo que registre las huellas de mis impresiones sobre temas diversos, pero no divorciados: comunicación social y arte [sobre todo cine & literatura]. 

Como todo blog personal las líneas que siguen a esta entrada tendrán como límite las fronteras de mi propia imaginación, formación y experiencia, pero sobre todo son líneas honestas. 

Los textos aquí publicados son parte del ejercicio hedonista que brinda la lectura y escritura: la reanimación de lo vivido y la (re)construcción de la memoria. 

Este blog evidencia la esencia de mi tiempo, una realidad alimentada de ficción. 

Una historia que se extiende en la complicidad del lector.